Detrás de cada platillo preparado con carne de pavo, se esconde un poco de nuestra historia como humanidad.

Hoy en día, el pavo es conocido por ser uno de los alimentos más utilizados en todo el mundo, pero no siempre fue así: Originario del territorio americano, específicamente de México, el pavo fue exportado durante el siglo XVI a regiones europeas.

Desde entonces, fue ganando cada vez más adeptos, para convertirse en uno de los animales más fascinantes para las culturas europeas y americanas.

Mientras que en México y en otras partes de América el pavo ya se había consagrado como una de las carnes con mayor sabor, en Europa este se fue introduciendo de manera paulatina en el mercado.

En buena parte, la fascinación que causó el pavo en las culturas europeas y norteamericanas se debió al hecho de que este animal representaba la oportunidad de consumir una carne rica en nutrientes, baja en presupuesto y accesible económicamente.

Cuando llegaron los primeros barcos de Europa a América, sus ocupantes quedaron sorprendidos por las características de los pavos, y llegaron a la conclusión de que la dieta que estos llevaban, rica en castañas, nueces y otras semillas, daba como resultado un sabor único en este tipo de carne.

Ya en el siglo XVII, el pavo comenzó a tener un papel más importante en y representativo en norteamérica; en países como México, ya había sido domesticado y utilizado para el consumo de las familias de manera habitual, pero no fue sino hasta 1620 que en Estados Unidos se presentó como un símbolo de unión y prosperidad entre las naciones.

En Estados Unidos y el resto de Norteamérica, la celebración del Día de Gracias tiene una raíz histórica que coloca al pavo como un símbolo de solidaridad, que se originó con la llegada de los primeros colonos ingleses a la zona.

Ahí, los habitantes nativos compartieron un pavo con los primeros ingleses que arribaron a Estados Unidos, en medio de un duro invierno que dejó sin alimentos a los tripulantes.

Desde entonces, el pavo ha representado un legado histórico que ha perdurado por varios siglos, y que continúa arraigándose en la cultura americana y europea

Aunque existen diversas variedades de pavo, un punto en común es que, aunque este sea este preparado de diferentes maneras, siempre está presente durante las fiestas, especialmente navideñas.

Ya sea asado, horneado o relleno, la cena de navidad en la mayor parte de los países de América y Europa cuenta con al menos un platillo preparado con pavo, lo cual habla de lo importante que es la carne de pavo en el imaginario cultural y en el legado culinario de nuestros ancestros.

Además de que se trata de una carne nutritiva, el pavo es fácil de conseguir para gran parte de la población, ya que puede encontrarse a un precio accesible en casi todos los supermercados.

Sin duda, la cena de navidad no puede estar completa sin todas las recetas que se pueden realizar con la carne de pavo, un alimento lleno de historia y de sabor. 

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